DOÑA CLARA – DOMINGO 8 DE ABRIL

Escrito el 1 de abril de 2018

Cine Cercano Para Ver La Periferia

Doña Clara

8 de abril  2018, 19.00 h Sala Vimcorsa

Clara, una ex-crítica musical de Recife de 65 años, vive retirada en un edificio particular, el Aquarius, construido en la década de 1940 sobre la chic Avenida Boa Viagem, que bordea el océano. Un importante promotor ha comprado todos los apartamentos, pero ella se niega a vender el suyo y emprende una guerra fría contra la empresa que la acosa. La estresante situación le perturba y le lleva a pensar en su vida, en su pasado, en sus seres queridos. (FILMAFFINITY)

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1 Comentario

  1. Luis Begara

    El Título de la película original es Aquarius,un edificio a pie de playa y que pudiera tener la belleza y tranquilidad de nuestra Doña Clara, que las ha heredado de tía Lucía, la persona que inicia una saga de mujeres fuertes. Saga que desaparecerá, las nuevas generaciones son otro mundo.

    Doña Clara es una película larga, tranquila y llena de todo lo necesario para comprender la sencillez de la vida y el bienestar social, en un Brasil que cambia de manera vertiginosa por la senda del neoliberalismo y de la muerte, no de las ideologías, sino de los sentimientos.

    El apartamento es toda la vida de Doña Clara y de un estilo de vida con dignidad: la tranquilidad y la sencillez, será desplazada por las prisas y la modernidad. El vinilo por el mp3 y la cómoda de madera por algún mueble funcional de ikea o vete a saber.

    Las batallas que se le presentan a Doña Clara y ella acepta el reto, no son económicas, esta ni le interesa, porque no abre la oferta, sino ideológicas: el reparto de la riqueza, la especulación y el dinero fácil a toda costa, el racismo, el clasismo, la enfermedad y su estigma…. Lo viejo contra lo nuevo, lo nuevo que viene de nuevo, será viejo.

    Una mirada sobre las mujeres de una generación que lucharon y ganaron. No se dejaron derrotar ni por la enfermedad y ganaron hasta la vida. Unas mujeres libres y maravillosas en sus fiestas y en su solidaridad interna.

    Una generación en el que el lujo era el coche, te comprabas uno, y lo primera que hacías era fotografiarte con él, era la trampa del consumo, pero hasta ahí llegaba.

    Hay una escena ya en la última parte en las que Doña Clara y su amiga abogada van buscando una documentación y llegan a un archivo tremendo, un almacén lleno de paltes, y justo su expediente está en el caos.
    Tuve un sobresalto y creí que iban a encontrar el máster de Doña Cifuentes, la antítesis de Doña Clara.

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