El dios del antiguo testamento, ya en pleno siglo XXI tiene unos grandes archivos y un potente ordenador. Se dedica a lo que sabe, a fastidiar a lxs humanxs. No para de hacer leyes injustas para que nuestra vida sea lo más jodida posible.
Vive en su casa, todo bajo llave, con su señora, una buena ama de casa que no para de limpiar, hacer la comida y ver la tele, y con su hija menor. El hijo mayor JC, bajó a la tierra y lo pasó fatal.
Ea, la hija chica está harta de tanta maldad y quiere mejorar el mundo. Tiene que bajar, encontrar a seis nuevxs apóstoles y escribir el Nuevo Nuevo Testamento.
Su estrategia pasar la horas de caducidad: muerte, a cada ciudadanx. Ahí empieza su revolución.
Casi dos horas de un humor extraordinario, mejor música y perfectas actuaciones.
Una escena sobresaliente: uno de lxs apóstoles en su nuevo proceso de reconversión ve su humanidad en el espejo y se abraza dentro del espejo.

Si el ser humano es capaz de sobrevivir como una mierdecilla en este mundo, cuando conoce su fecha de su final, se hace más humano.
Si el hombre creó a dios a su imagen y semejanza en su soledad o su locura, cuando sabe su final se vuelve cuerdo y humano, pero nunca demasiado humano, eso es de diosas.

Al final son las diosas las que resuelven todo, como en la vida misma: Los hombres con su prepotencia endiosada la pifian: Las mujeres cuidando la casa, la familia, la convivencia, son las que se dan cuenta de que hay que reiniciar, que así no funciona nada.
No hay mas que ver lo mal que le ha ido al pobre JC, por eso su hermana Ea, siguiendo su consejo, que también es el consejo materno, se busca seis nuevxs apóstoles, y un evangelista, para escribir el nuevo, nuevo testamento, que consiste en unos sencillos y un poco surrealistas mensajes en búsqueda de la felicidad. Felicidad que para uno puede estar en el ártico y para otros en una mano de un brazo de silicona, con una danza iniciática, en la genuina expresión de amor de un gorila, en el descubrimiento de la propia sexualidad de un niño.Todo adornado con colores y flores, con alegría y sonrisas, excepto el pobre Kevin que no se entera de nada y mete la pata hasta el fondo.

Que dios vive y además vive en Bruselas, anda ya: las últimas noticias que tenemos de dios es que reside en Uzbekistán.