Ciclo Miradas de Cine sobre la Cooperación y la Solidaridad
Domingo 4 de noviembre de 2018, 19.00 h .
Salón de actos del Centro de Recepción de Visitantes
Plaza del Triunfo s/n
Yo, Daniel Blake
Un carpintero inglés de 59 años a quien su médico le ha prohibido trabajar por motivos de salud, la administración le obliga a buscar un empleo bajo amenaza de una sanción, se ve obligado a acudir a la asistencia social.
Queremos mostrar que la quiebra del estado del bienestar cuando no atiende a quien debe proteger deja pocas salidas y puede destruir a las personas.
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Ken Loach en esta película nos sitúa en una pequeña población cerquita de Londres, en la que las situaciones que nos relata podían darse o se han dao en nuestra Córdoba o en cualquier parte de nuestra España, rota por la crisis.
Personajes como Daniel y Katie lxs hemos conocido en estos años, y lo peor, seguiremos conociéndolxs, y que no lxs conozcamos en nuestro espejo del cuarto de baño.
Lo mejor de nuestrxs dos protagonistas es que no se resignan. Tienen el valor, hoy escaso, de no dejarse arrollar por ese laberinto administrativo que te va quitando derechos poco a poco, pero sin parar. Saben también que es una prueba de resistencia y que abandonar es asumir la exclusión y la derrota.
Daniel es un buen ciudadano, se preocupa de sus vecinxs y de sus espacios, da cariño y corrige su entorno. Quiere vivir con dignidá, cosa que el estado se la está quitando.
Katie, no sabemos si lo tiene peor, es joven y atractiva y la sociedad para esta gente siempre tiene salidas, siempre la misma salida.
Un paseo angustioso por la vida de unxs perdedorxs: oficinas de paro, de prestaciones sociales, de bancos de alimentos, de casas sin luz y sin calefacción, vidas al borde de nuestra sociedad ya casi en la cuneta, camino del vertedero.
Decía Eduardo Galeano que «la división internacional del trabajo, consiste en que unos países se especializan en ganar y otros en perder…América Latina fue precoz y se especializó en perder desde tiempos remotos».
En estos países, tanto los especializados en ganar y en perder, hay clases sociales que se especializan igual, unas en ganar y otras en perder. Hoy esta última clase, la trabajadora se está sacando un doctorando en perder.
Nuestro sistema ha conseguido la exclusión social a base de aplicar la ley, algo inaudito y lo peor consentido y asumido por esta sociedad que mira para otra parte cuando no le gusta lo que ve, en vez de mirar de frente y actuar. La desunión de clase y el sálvese quien pueda no hacen nada más que acrecentar esta especialización perdedora.
Cuando nuestrxs protagonistas se cuidan, se quieren y se apoyan, no todo lo tienen perdido, aprenden a ganar.
La película ya cerca del final, tiene varios cortes secos y obscuros que parece que va a acabar, eso es incluso lo que deseamos, que acabe.
Pero Ken Loach nos lleva hasta el final, un final triste y desesperanzador, en el que se unen lxs perdedorxs.