CHINAS 7 ABRIL 19:30H

Escrito el 25 de marzo de 2024
Para la presentación y debate posterior a la película nos acompañará la pedagoga y socia de CineCercano Gloria Palenzuela.

Arantxa Echevarría ya nos conmovió en «Carmen y Lola» con una bonita historia de jóvenes gitanas. Aquí también lo consigue, entrando en la vida de estas niñas adoptadas que no siempre tienen todas las facilidades para sentirse una mas. Partiendo de su experiencia personal con los propietarios de un bazar junto a su casa, Arantxa Echevarría nos invita a reflexionar sobre la identidad, la integración y la cultura mientras acompañamos a estas niñas chinas, tanto las dos pequeñas como la adolescente.

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1 Comentario

  1. Lian Morales Heredia

    Con nombre y con apellido.

    Una tiene chino el apellido y español el nombre (Lucía). La otra tiene español el apellido y chino el nombre (Xiang). Dos niñas de nueve años coinciden en España en un colegio público, donde supuestamente hay mejores oportunidades de integrarse porque hay más diversidad cultural.
    Ambas son incesantemente presionadas por sus padres a “ser chinas”. Pero ellas son también de donde viven. La historia de las dos pequeñas sirve como núcleo narrativo de las tres tramas del más reciente filme de Arantxa Echevarría (Bilbao, 1968).
    Echevarría, con décadas a sus espadas en equipos técnicos de diversas producciones de cine y televisión, y primera española seleccionada en la Quincena de Realizadores del Festival de Cannes (por su ópera prima, Carmen y Lola, 2018), muestra en Chinas, una vez más, su rica experiencia y sus galones de autora.
    Tres tramas paralelas, con peso narrativo similar, y entrecruzadas, con el relato hecho enteramente gracias a esos puntos de conexión de historias y personajes, es una estructura dramática que siempre entrañará el riesgo de dejar lagunas en las historias particulares o insuficiente caracterización de algunos personajes, o al contrario, reiterar en demasía.
    Sin embargo, Echevarría, avezada guionista y productora, lleva por muy buen camino este relato de historias interconectadas, aunque al final parece que no sabe cómo acabar y termina poniendo, una vez más, una frase profunda, una sentencia poética, filosófica y lapidaria (por mucho que intente adaptarla al personaje) en boca de una pequeña de nueve años.
    Aunque la historia de Xiang (adoptada por una pareja española) es tan importante como la de Lucía y Claudia (hijas de chinos pero crecidas en España), es en los diálogos de Lucía con su amiga española, Susana (Valeria Fernández), donde más profundiza y brilla el filme.
    Lucía le “achina” los ojos a Susana y esta se los “abre” a Lucía, entre otras muchas cuestiones. Quieren saber cómo es ser china y cómo es ser española, quieren saber si son tan diferentes como se dice, si se ven enteras, si ven del suelo al techo, independientemente de que una sea china y la otra española. En definitiva son tan diferentes como iguales, y quizá por eso mismo lo comprenden y se quieren tanto.
    Aunque cae en el melodrama, sobre todo en escenas de los infortunios particulares de Claudia y de Wang (su falso pretendiente chino), por otra parte cabe destacar que Echevarría eligió con pleno acierto tintes cómicos para todo su relato. Aparta la actitud oscura, grave, seria hasta lo triste, que tantas veces campea como sinónimo de profundidad o reflexión en el cine social y de denuncia.
    No obstante, de la risa más espontánea y voluptuosa el espectador puede pasar al lagrimeo más amargo, sin salir de casa de Lucía y Claudia. La escena donde la hermana mayor se rebela y prácticamente extermina la moral, la estima y el sentido de la vida de sus padres y de sus propias hijas, es casi demasiado dolorosa, y fuese brutal si los padres la hubiesen entendido completamente. Lucía, como podía esperarse, tradujo del español al chino una falsa conclusión pacificadora del alegato de su hermana mayor. Situaciones como esta suelen reiterarse en una suerte de pesos para equilibrar balanzas en las situaciones conflictivas y resolverlas para ir cerrando la narración, como en el abrazo de Claudia a su madre al pensar erróneamente que esta fue quien le puso el dinero como regalo.
    En todas partes es absurdo el racismo, es inaudito, increíble. En España pulula bastante y en diversas formas, y en esto el filme es medular en su dimensión de denuncia. En ello fue claro el debate posterior a la proyección. El público de Cine Cercano, plenamente consciente de lo cercana que es en toda España la realidad contada en la película, se orientó hacia la identificación de los prejuicios sociales y los males en torno a estos, así como subrayó el llamado a luchar contra las actitudes retrógradas, lucha que incluye no solo protestar o denunciar, sino también educar, porque la película es además sobre la educación (tanto de niños y jóvenes como de los adultos) y es en sí misma una película muy educadora, para todos, habida cuenta de que la migración nunca acabará y que la libertad de movimiento y la coexistencia digna son derechos esenciales para los chinos , para los españoles y para todos.
    En fin, la identidad, la diversidad, la cultura, es lo que nos hace ser humanos. De eso y algo más trata una película bella y entretenida, con interpretaciones en estado de gracia, en especial de la madre de Lucía y Claudia y encargada de la tienda.
    Las actuaciones de la madre (Yeju Ji) y Claudia (Xinyi Ye) les valieron sendas nominaciones en la categoría de Actriz Revelación en los Premios Goya 2024. Julio Hu Chen (Wang, el joven chino al que las familias chinas obligan a salir con Claudia) fue nominado como Actor Revelación.
    Chinas (2023, 118 min) fue proyectada el 7 de abril en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Córdoba.

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