Para clausurar el II Ciclo de Cineastas españolas hemos elegido una potente película de la jovencísima Julia de Paz Solvas sobre la maternidad en la precariedad. Esta versión de maternidad «imperfecta» muy presente en nuestra sociedad actual, puede resultar incómoda para quienes polarizan la maternidad entre buenas y malas madres. Esta madre es tan buena y tan mala como la vida, sus circunstancias y sus aprendizajes le permiten ser. La sevillana Tamara Casellas se nos revela como una gran actriz sosteniendo en esta película, la relación de la maternidad y la crianza, con la culpa. Aprender a ser madre paralelamente al aprendizaje de ser hija.
Os animamos al debate que sin duda será especialmente enriquecedor.
Para saber mas:
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El miércoles 29 de junio hemos celebrado la quinta y última sesión del Ciclo Cine en la Merced. Presentada por Nati Serena, quien nos contó que se trata de la opera prima de Júlia de Paz, una de las más jóvenes directoras catalanas. que ya a los 21 años había realizado un corto homónimo que es la precuela de este largometraje. Protagonizado por la sevillana Tamara Casellas, la cual por este trabajo obtuvo la Biznaga de Plata a Mejor actriz en el Festival de Málaga.
A mí me ha sobrecogido no solo por lo que cuenta, sino también por cómo lo cuenta. Julia nos va mostrando (como si llevase una cámara al hombro) el deambular de una madre y su hija de siete años durante apenas tres días con sus respectivas y desoladoras noches.
Logra una especie de docuficción puesto que recoge escenas de la diversión nocturna y del agitado ritmo del típico pueblo costero plagado de rascacielos, tumbonas en la playa y trabajos precarios tales como el de vendedora de tickets para una discoteca.
También es una ficción en la que se nos muestran algunos datos biográficos, pero dejando muchos huecos de indeterminación acerca del pasado, para que el espectador intuya algo acerca de la traumática niñez de la protagonista. Así poco a poco, la directora va dejando traslucir que, detrás del drama visible en la pantalla, existió otro drama en el pasado familiar de la protagonista, tal vez un abandono,que la marcó y la dejó sin modelo para la maternidad y para la crianza.
Por ende, nos deja ver a una madre que se equivoca, que toma malas decisiones, que no sabe cómo cuidar de su hija, que no sabe cómo alimentarla e, incluso, reconoce que «no sé ni cómo tocarla. Es una madre tan inestable que oscila entre la brusquedad y la ternura. entre buscarle un techo a su hija y el deseo de abandonarla, entre la vida y la tentación de tirar la toalla como madre y como persona.
Debo añadir que el lenguaje cinematográfico es muy sobrio. Con una contención en esas miradas, en esos gestos bruscos que contrastan con las escasas caricias a la niña. Esos viajes en bus que no llevan a ningún destino, esa música discotequera enloquecedora contrasta con el tema cantado por GATA CATTANA que aporta una nota de lirismo a una película tan dura.
En el coloquio, hablaron bastantes personas. Alguna apuntó que Julia de Paz logra implicar al espectador, busca que juzguemos desde el inicio que es una mala madre, una irresponsable,agresiva y colérica. No obstante, según avanza la narración, ese juicio negativo se volverá en contra nuestra, nos sentiremos incómodas, porque nos daremos cuenta de que nos hemos precipitado al juzgarla a la ligera, desde el confort de nuestra vida privilegiada. Desde una infancia en la que no tuvimos esas carencias afectivas, ni esa falta de referentes. Y acabaremos por meternos en la piel de esa madre y también gritaríamos contra todos y nos hundiríamos.o tal vez aprenderíamos de nuestros errores y seríamos madres imperfectas e hijas imperfectas. También una socia afirmó que le había conmovido ver la dureza y precariedad en algunas mujeres viven la maternidad y añadió que la Renta Básica Universal podría ser la solución a problemas como este.