Como siempre, la traducción del título de la peli francesa a nuestro idioma es una falta de respeto al autor e imagino que estos cambios serán por pura cuestión económica y no sólo por la impresión de ver el cartel.
Con lo bonito que es el título original: La Partera o todavía mejor La Comadrona, que hasta nuestra Claire lo reivindica ante el nuevo nombre profesional: Técnica en Obstetricia.

Claire es una mujer política y matemáticamente correcta y responsable: no fuma, no bebe, no tiene coche, va en bicicleta y tiene huerto agroecológico. No va a bares y cuando va pide agua, ni con gas ni sin gas, sino de grifo.
Beatrice, es todo lo contrario, bebe, fuma, come carnes rojas, juega a las cartas, le gusta el lujo y deprecia la pobreza en la que nació. Es una falsa burguesa de origen ruso que vivía en palacio.
Ambas se conocerán en un intento final de Beatrice por reencontrar el gran amor de su vida, el padre de Claire.
El encuentro será una doble oportunidad para ambas, una recuperará la alegría y oportunidad de vivir y la otra la de morir dignamente.
Ambas se cuidarán sabiendo que son mundos opuestos.
Nuestra Claire, nuestra partera, siempre ha estado y estará dispuesta a dar vida, a traer vidas, a cuidarlas y a compartir lo que tenga, incluso su sangre.
Ambas fueron hijas no queridas y se presentan ante la paternidad deseada de su hijo. Claire parece que no sabe que lxs hijxs se pueden desear.

Como acompañante de la nueva vida está un exquisito y sibarita camionero que mimará y cuidará a nuestra Claire hasta la felicidad.
Para los que somos de la edad de Beatrice y su amante, durante unos momentos escucharemos George Moustaki, y nos hablarán de Brassens y Brel.

Hay una escena más que fascinante, que nos lleva a la magia del cine. Nuestras dos mujeres están viendo diapositivas, o filminas como aprendimos algunxs, y de la pared que hace de pantalla, al abrirse la puerta, aparece el hijo de Claire, que es la misma imagen de su padre en la foto. A Beatrice se le quitan todos los males y en ese momento hasta todos los años. Ve a su amante en su mejor momento, cuando se enamoraron. El beso que le da al hijo le cura y aplaca el cáncer. Ella que venía a despedirse de la vida y de su amante, al final lo consigue.
Claire y Beatrice se besarán y sellarán su amor. Hay un pacto de perdón por el hombre que ella odió en su vida, al abandonarlas y que Beatrice amaba con locura.

Como conclusión nuestra Partera, al salir del nuevo centro de obstetricia, nos dirá que hay que amar más la vida y menos el dinero.