El Orden Divino es una fuente de saber, poco ciéntífica, pero muy recurrente y por desgracia cada día más en boga. Este Orden hace que salga el sol todos los días, a excepción de los nublaos y que haya peces en la profundidad del océano que no conozcan la luz ni sueñen con ella. También establece que la mujer no sea libre, ni sueñe con serlo, y menos transformar este bendito orden, que tanto tiempo y tantas muertes costó imponer.
El Orden Divino hace que la cocina italiana y por extensión la española sepa a ajo, aunque no lo lleve. Es así y lo contrario es imposible.

Nor, nuestra protagonista, vive en la profundidad, no del océano, sino de la supuesta moderna y rica Suiza, son los años 70 y en el mundo rural, la vida no avanza, debido a este orden divino que esclaviza a la mitad de la población, con el consentimiento y complacencia de la otra mitad.
Pero a Nora le ha picado un bicho, y el veneno que le ha inyectado, la hará imparable y llegará, a cumbres jamás soñadas ni imaginadas.
Su visita a Zurich le hará encontrase con una nueva Nora y con todo su cuerpo, incluso la parte más escondida. Un espejito mágico le hará ver la fuerza del tigre que tiene en su cuerpo.
No, no parará hasta que consiga todo lo que se proponga y sueñe. Será una mujer completa, tendrá derecho al voto, tendrá el trabajo que soñó y tendrá al final la mejor recompensa, su marido frente al tigre.
Ojalá todxs tengamos un final así.
Hoy en nuestra España moderna, después de recuperar el voto femenino tras la muerte del Dictador y en el papel de la constitución, la igualdad de derechos, nuestras calles se llenan de mujeres en los últimos años para que esos derechos sean realidad y no una declaración santificada en una constitución que no se cumple.
Hoy todas los 8 de marzo somos NORA