Madre Solo Hay Una, pudiera dar a pensar que la directora Anna Muylaert, quiere aprovechar el éxito de su anterior película, Una Segunda Madre, pero no es así, esta película su nombre original era Que Horas Ela Volta? A Qué Hora Regresas?. Cosas de las traducciones y las comercializadoras españolas.

Película muy corta en el metraje, pero muy intensa. Aunque hay cámara al hombro, no es una película rápida, sus escenas son tranquilas, incluso pueden hacerse largas.
Trata temas muy duros y polémicos que la directora nos los expone para que nosotrxs o demos soluciones o nos quebremos la cabeza: el robo de bebes, la transexualidad o sexualidades diferentes.

Un día normal llegas a tu casa después de tus estudios, tus amigos, tu grupo de música, y a la hora de cenar echas de menos a tu madre. Qué raro. ¿Qué ha pasado?. ¿Qué se ha roto?.
Se ha roto todo, se ha roto toda tu vida.

Tu madre ingresa en prisión y ante ti se precipitan sucesos increíbles. ¿Todo era mentira?. No, todo no, el amor de tu madre daba sentido a tu vida.
A nuestro protagonista le roban o secuestran la vida dos veces, al nacer y al final de su adolescencia.
Estalla, no se conforma y muestra sus dudas o diferencias sexuales sin transición alguna, mostrando sus cartas sin tregua ni negociación.
Dura, muy dura la imagen del cuarto nuevo de nuestro Pierrre o Felipe, donde las puertas están cerradas y no se ve a nadie, en el diálogo a voces entre la nueva madre y su nuevo hijo.

La directora nos introduce en una clase de química, en la que hablan de éter y etanol, para demostrarnos que madre solo hay una, por mucho que se parezcan.

Curiosamente esta película cuenta una historia inusual sobre el robo de bebes, normalmente este tipo de robo y delito era más por parte de de lxs ricxs hacia lxs pobres. Aquí es al revés, una mujer de clase humilde roba bebes a las clases pudientes. Lo curioso es cómo esta clase pudiente, la mejor y única manera que se le ocurre para la recuperación familiar es recurrir a su ostentación de riqueza, nada de sentimientos. Desde viajar a Disneylandia hasta comer en un Mcdonalds.

Pero dentro de tanta sinrazón y angustia el final es esperanzador.
La vida se recupera desde el amor.