El Domingo 4 de Diciembre a las 18,30
en la sala Vimcorsa
C/ Angel de Saavedra, entrada por Blanco Belmonte.
La joven realizadora sueca Sanna Lenken aborda en su primer largometraje un espinoso asunto sin cargar las tintas en el melodrama.
De forma objetiva, dejándose guiar por los sentimientos y por su propia experiencia, construye un universo de emociones tan interiorizadas como vivas.
Stella es una chica de 12 años que entra en la adolescencia y empieza a sentir todos esos sentimientos confusos y contradictorios. Quiere a su hermana mayor Katja, es hermosa, perfecta y la admira.
Cuando descubre que no todo es tan perfecto, se tiene que enfrentar a decisiones difíciles para las que no está preparada.
Ficha técnica:
Min lilla syster. 2015. 105 min. Suecia
Dirección y Guion: Sanna Lenken
Música: Per Störby Jutbring
Fotografía: Moritz Schultheiß
Reparto: RFebecka Josephson. Amy Diamond, Annika Hallin, Henrik Norlen, Maxim Mehmet, Hugo Wijk, Emelie Stromberg, Amy Deasismont, Karin de Frumerie, Bahador Foladi, Asa Janson, Ellen Lindbom, Noam Asseraf
Mi «perfecta» hermana es una peli sobre la anorexia, que su directora padeció de jovencita.
Esta patología se da en las sociedades que quieren ser «perfectas» y esta perfección se defiende con la enfermedad o ciertas anomalías. A mi, no me deja de sorprender este trastorno, en un mundo totalmente imperfecto o muy mal repartido, donde cada 10 segundos muere de hambre un niñx.
Es la historia de dos hermanas en una Suecia de bienestar, en donde lxs padres comparten la maternidad desde cierta lejanía y consentimiento.
De las dos hermanas la perfecta es la chica, la que come, sueña, admira a su otra hermana, quiere ser como ella, pero es tan perfecta que sabe que no, que no pude ser. Sin embrago es feliz con sus amigas, sus amigos, sus ligues platónicos y sus primeros amores reales.
La película es muy didáctica, está hecha para proyectarse en todos los Institutos del mundo, pero del norte rico.
Lxs suecxs son como son, y deberían besar más.
En la peli hay un sólo beso y soluciona y aclara todo. Los deseos de Stella se estrellan con la realidad y la hermana perfecta, ante su «fracaso» amoroso ve lo positivo, su profe no es un pedófilo.
El amor de Stella por su instructor me recordó a mi profe de historia del instituto del que todas, absolutamente todas las alumnas estábamos enamoradas.
Era leones y tenía un castellano precioso, un acento, un gracejo, una voz, un porte, un bigote…
Pero, no era pedófilo.
¡Nadie es perfecto!