Próxima proyección
Perdidos en París
Domingo día 2 de junio a las 20:00 h
Centro de Recepción de Visitantes
Fiona, una bibliotecaria de Canadá, llega a París para ayudar a su tía Martha, amenazada con ser internada en una residencia de ancianos. Fiona pierde su equipaje y además descubre que Martha ha desaparecido. Es el comienzo de una cadena de alocados enredos, que le harán cruzarse en el camino con Dom, un vagabundo egoísta y presumido, con quien surge un extraño encanto en la Ciudad de la Luz.
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Los que somos de una generación en la que hasta la risa estaba prohibida o no había de qué reírse, aprendimos a reírnos en el cine. Nuestros maestros de la risa o carcajada fueron: Chaplin, Keaton y Tatí, aparte, el Gordo y el Flaco.
Nos reíamos de sus desgracias y sus miserias a base de gags y muecas, que nos alejaban de las nuestras.
Con «Perdidos en París» recuperamos ese humor que poco a poco se ha ido perdiendo en el cine y que tanto amamos.
«Perdidos en París» nos recupera un humor melancólico, a todo color y en una ciudad como París, llena de luz, lujos, y si miras para abajo algo de misera en las orillas del Sena.
Pero al final, si miras para arriba, la felicidad está en lo más alto de la Torre Eiffel.
Nuestra Fiona es una mujer canadiense que vive en un poblado de Playmobil y, en busca de su tía Martha, entrará en la magia del París más luminoso.
Dom, es un vagabundo de las riberas del Sena que ama la buena vida, la buena comida y el buen champán.
Martha, la tía, no quiere entrar en una residencia y quiere ser libre, tan libre que se pierde cada vez que sale a la calle. Pide auxilio y empezará el enredo de búsquedas, encuentros, desencuentros y el encuentro final en un Nueva York, con su estatua de la Libertad en el propio Sena. Todo es posible, incuso pasar de la Libertad al pico más alto de la Torre Eiffel con los pies desnudos colgando.
Hay un par de números musicales fuera de serie, uno completo y otro sólo mostrando los pies, unos pies cansados pero con ganas de vivir y bailar, aunque sea sentadxs.
Y lo mejor, una esperada escena amor, un amor a tres que hace que flote la tienda de campaña y la sala de cine.