Primera proyección del verano
«Venus: confesiones desnudas»
4 de junio de 2017, 19.00 h
Sala Vimcorsa
Dos jóvenes directoras danesas convocan un casting como parte del proceso para filmar una película erótica dirigida por y para mujeres. Como respuesta a su llamada, más de 100 mujeres aparecen en su apartamento y hablan directamente a cámara sobre sus fantasías eróticas, sus deseos y sus frustraciones, en un escenario libre de toda carga visual. A medida que avanza el rodaje, las entrevistadas se abren más y la trama va tomando forma. Las directoras se dan cuenta que, sin haberlo previsto, estas sesiones íntimas se convierten en la película que necesitaban hacer. Una historia sincera, honesta y vulnerable sobre las mujeres en relación al sexo, el deseo, las emociones, los descubrimientos, el papel que supuestamente deben jugar en la cama y todas aquellas cuestiones de las que nunca nos habíamos atrevido a hablar.
Un film sincero y novedoso, en ocasiones conmovedor, sobre un tema tan delicado, convertido en tabú con demasiada frecuencia.
Si quieres saber más sobre la película puedes leer este artículo
Un casting improvisado que se convierte en película.
El casting es sobre jóvenes danesas que la globalización ha hecho que estas confesiones sean casi universales en el mundo occidental.
El atraso cultural/sexual de España es cosa de la historia, de la historia más triste, pacata y asexuada de nuestros años de franquismo y nacionalcatolicismo.
En España esta película que sería imposible hace años, hoy podría ser real e incluso peor.
Lo de peor es porque la película de Venus transmite sinceridad y nada de espectáculo. Confesiones serias, íntimas y valientes.
Excepto un par de rarezas, para mí, la mujer que se viste de niña y sueña o desea con el incesto desde chica.
Hoy en España por tal de salir no ya en el cine, sino en la tele, la gente miente, chilla, y exhibe lo peor de ella.
Entre las entrevistadas hay una chica que se siente violenta, no porque no quiera hablar, sino porque leyó la biblia.
Cómo estaremos la generación que la leía a diario, nos rodeaban lo peor de los pecados.
Se habla más de sexo que de amor, otro lastre sexual que nos enseñaron, en él no podía haber sexo y de paso ni amor, sólo sumisión, para la mitad de la población: la mujer.
Ejem, ejem, no se nota el tartamudeo porque en la escritura se nota menos.
también me ha costado hacer la crónica, por haber leído la biblia.